telesur | MIRANDO AL SUR - augusto alvarado

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31/07/2005


SOÑANDO DESDE EL SUR

Guayasamín


Sería un error pensar que con el lanzamiento de la nueva emisora de televisión latinoamericana, Telesur, va a comenzar a existir nuestra cultura continental. Esa cultura ya existe, es una de las más ricas y vigorosas del mundo moderno y también una de las más dinámicas

.

Por William Ospina
Sábado 30 julio 2005

No se trata sólo de que los restaurantes de comida mexicana o peruana, cubana o colombiana, abunden cada vez más en Estados Unidos o en Europa; de que los tangos argentinos, los pasillos ecuatorianos, los sones cubanos, los boleros caribeños, los vallenatos colombianos, la cumbia y el mambo y la salsa se hayan tomado los salones del mundo; de que la literatura de Juan Rulfo o de Carlos Fuentes, de García Márquez o de Vargas Llosa, de Neruda o de Jorge Luis Borges, esté entre las más leídas del planeta, sino que en todos los espacios de la creatividad popular: la música, la danza, el teatro, las artes plásticas, la narración oral, la fotografía, el cine, la América Latina, que yo prefiero llamar América Mestiza para no sesgar de un modo demasiado europeo nuestra definición, para que quepan en ella los pueblos indígenas y los pueblos de origen africano, es un continente lleno de vida, de pasión, de imaginación y de lenguajes originales.

Esa cultura ha crecido en medio de dificultades y de grandes choques históricos. De la fusión de las lenguas castellana y portuguesa con la sensibilidad de los pueblos nativos surgieron las literaturas mestizas y mulatas de García Márquez, de Jorge Amado, de Luis Palés Matos. De la fusión de los mitos cristianos con el culto a las divinidades de África nacieron el vudú y la santería cubana. Somos pueblos de sangres mezcladas, de religiones sincréticas, de culturas mixtas, de lenguas mestizas; y esa cósmica profusión de sangres, de símbolos, de músicas, de leyendas, de ritmos, está pasando de la incandescencia creadora a la conciencia de sí misma. Es un momento importantísimo de nuestra cultura, que no debemos mirar como un fenómeno exclusivamente político, aunque, por supuesto, la política es uno de sus componentes.

Durante demasiado tiempo la América Mestiza creció agobiada por el peso de la tradición colonial. Quisimos demasiado a Europa, veneramos demasiado sus artes y sus religiones, sus ciencias y sus filosofías. Eso tal vez era necesario, porque esos modelos de belleza, ese sentimiento de lo sagrado, esa sed de conocimiento y esa búsqueda del sentido también nos pertenecen. Pero la fuerza intimidatoria de tanto poder militar, de tanta elocuencia, de tanta elegancia, de tanta arrogancia, nos obligaron a postergar nuestro reconocimiento pleno: la búsqueda de esos otros ríos, los ríos profundos de que hablaba Arguedas, que nos dan nuestra originalidad en el contexto de las naciones marcadas por Europa.

Tenemos que mirarlo todo de nuevo. Mitos, sueños, leyendas, lenguas, músicas. Objetos a la vez artísticos y religiosos como la deslumbrante orfebrería de zenúes y quimbayas, de tayronas y nariños. La infinita capacidad de nuestros pueblos para tomar elementos de sus fuentes culturales y darles un viraje creador. Así el arpa dejó de ser lo que era en manos del rey David o del bardo Ossian, para modular la voz de ráfaga de las sabanas del Orinoco; así la guitarra enardecida de los andaluces se cargó de melancolía y de sencillez andina; así el acordeón de los alemanes se hizo narrativo y pícaro en manos de los virtuosos vallenatos.

Pero la aparición de este nuevo instrumento de la cultura latinoamericana, Telesur, sí representa la promesa de una nueva época en el desarrollo de nuestro espíritu continental. La promesa de un diálogo más fluido, de una más sistemática exploración de nuestras fuentes; la oportunidad de un relato continental rico en voces y en perspectivas; una inmersión en la historia olvidada de nuestros pueblos, esa mina de oro escondida, llena de argumentos y de caracteres, de rebeliones y de traiciones desmesuradas, de crímenes terribles y de heroísmos sublimes.

Es también la posibilidad de arrojar una mirada sensitiva y clarividente sobre la naturaleza del continente, y ante todo sobre este mundo equinoccial: el más grande tesoro que le queda a la humanidad, y que no podemos permitir que sea desperdiciado ni arrasado por la voracidad sin perspectiva del lucro ni por la el cálculo insensible de los mercados. Una nueva posibilidad para avanzar en el descubrimiento de nosotros mismos y en la construcción de un lenguaje compartido que nos permita dialogar con el mundo; establecer un nuevo intercambio con Asia, de donde acaso vino nuestra sabiduría; con Europa, de donde tal vez vino nuestro conocimiento; con África, de donde llegaron sin duda nuestro ritmo y nuestra alegría.

El nacimiento de Telesur es una gran promesa y un gran desafío. El desafío de demostrar que no somos un continente de consignas gastadas y de enfrentamientos mezquinos sino un mundo de imaginación y de lenguaje. El desafío de demostrar que somos capaces de crear nuevos paradigmas y de hacer del conocimiento y de la belleza, de la generosidad y de la sensibilidad la gran respuesta de los pueblos a la codicia de los poderosos y a la barbarie de los traficantes de la muerte. Una nueva época de nuestra cultura podría estar comenzando, pero para ello, como bien lo intuyen los impulsores de este proyecto continental, hay que superar la mayor limitación de los medios audiovisuales, la de ser cauces de una sola vía, que hablan para consumidores pasivos y nunca establecen canales de intercambio.

Lo que hace que la televisión sea tan poderosa para influenciar la conducta inmediata pero tan débil para dejar huellas pedagógicas profundas, es su fascinación por la publicidad y por el espectáculo
. Si las emisiones de una sola vía fueran poderosas pedagógicamente, todos los televidentes contemporáneos serían verdaderos eruditos: expertos en biología y en tecnología, en humanidades y en historia. La paradójica verdad es que a la televisión de hoy se le pueden dedicar estos versos de Borges sobre los espejos: "Todo sucede y nada se recuerda/ en esos gabinetes cristalinos". A diferencia de lo que recibe de los libros, que dejan una huella tan profunda, la humanidad recibe la avalancha de información que surten las pantallas, pero casi no recuerda nada. Es tan frágil la capacidad de la televisión para influenciar profundamente las conciencias, que si un gran producto de la sociedad industrial dejara de promoverse, en poco tiempo sus ventas caerían de un modo dramático. No hay publicista que ignore que el secreto de la publicidad es la frecuencia, no desaparecer de la percepción.

El proyecto de Telesur es informar, educar y entretener, y su camino más lúcido debería ser no separar demasiado esas cosas. Hay que intentar que la información eduque, que la educación entretenga, que el entretenimiento informe, y que esas funciones se cumplan a través de un diálogo original con los receptores.

Qué gran desafío para la imaginación, no contrariar sólo los esquemas mentales de la sociedad contemporánea sino su manera misma de actuar. No hacer televisión de consumo sino televisión de intercambio. No persistir en los hábitos de la sociedad de consumo, que nos eternizan a todos en la pasividad, sino luchar por una sociedad de imaginación y de creación. Esa aspiración no sólo justificaría este sueño, sino que pondría a prueba la originalidad de la América Mestiza.Domingo, 31 de Julio de 2005 21:16 ;?> No hay comentarios. Comentar.

25/07/2005


TELESUR

UN CANAL PARA “DESALAMBRAR” EL
LATIFUNDIO MEDIÁTICO



Ventura de Jesús – Granma – 25 de Julio de 2005

CARACAS, 24 de julio.—El mandatario Hugo Chávez aseguró que fue el despertar de los pueblos latinoamericanos lo que hizo posible el nacimiento de Telesur, canal que contribuirá a la integración y a elevar nuestra conciencia.

Telesur es parte de ese gran cambio que se aprecia hoy en la región, y que ha hecho posible sueños como Petrosur, Petrocaribe y que mira hacia Petroandina, consorcios energéticos pluriestatales propuestos por Venezuela a los países latinoamericanos, expresó.

Eso es lo que le fastidia al imperio. Los enemigos del desarrollo de nuestros pueblos le temen a eso, comentó el Jefe de Estado al intercambiar telefónicamente con el Consejo Asesor de Telesur este domingo, día de inicio de sus transmisiones desde el Teatro Teresa Carreño.

Aram Aharonian, director general del canal televisivo, sostuvo que Telesur surge para "desalambrar" el latifundio mediático y coadyuvar a la integración continental, como alternativa a la hegemonía comunicacional, al pensamiento y la imagen únicas.

Al argumentar que esta será la mirada latinoamericana sobre la realidad nuestra, con una agenda diferente de la que recibimos del Norte, puso en claro que el monopolio mediático ha tratado de desprendernos de nuestra historia, de que no sepamos de dónde venimos ni hacia dónde vamos.

Andrés Izarra, ministro de Comunicación e Información, explicó que "con el alumbramiento del canal se coloca un adoquín para la construcción de una nueva realidad en Latinoamérica".
Integrantes del Consejo Asesor de Telesur insistieron en precisar los objetivos estratégicos del nuevo canal. El cineasta Fernando "Pino" Solanas anotó que es preciso abrir una ventana que deje ver nuestra historia y nuestra memoria, construida con grandes epopeyas.

El mismo asunto fue abordado por Richard Stallman, creador del concepto software libre o gratuito, quien no solo repudió la enmienda aprobada por el Congreso de los Estados Unidos contra el canal latinoamericano sino que aseguró que es precisamente el pueblo norteamericano el que necesita informaciones desprovistas de falsedades y realidades manipuladas.

Ignacio Ramonet llamó asimismo a la exigencia profesional para ganar la batalla por la soberanía informativa.

RINDEN HONORES AL PADRE DE LA PATRIA

En múltiples escenarios y de diversas formas, el pueblo venezolano rindió honores este domingo al Libertador Simón Bolívar en el aniversario 222 de su natalicio.

El Presidente Hugo Chávez presidió la ceremonia solemne efectuada en el Panteón Nacional en presencia de los representantes de los poderes públicos y personalidades de la nación.Lunes, 25 de Julio de 2005 21:49 ;?> No hay comentarios. Comentar.

12/03/2005


LA TELE AL SERVICIO DE LA IDENTIDAD

Entrevista a Aram Aharonian, director de TeleSur



Por Guillermo Garat
Periodista de Montevideo COMM - Portal


Aram Aharonian, de 59 años, es el director general de TeleSur, un nuevo proyecto de tv latinoamericano, financiado, básicamente por el gobierno de Venezuela. Uruguay tendrá un 20% de participación en la cadena que saldrá a las pantallas internacionales, probablemente en mayo. El Portal entrevistó, a este uruguayo, periodista de larga data, sobre el ambicioso proyecto.

- ¿Qué es TeleSur?

- Es un viejo sueño por el que muchos de nuestros compañeros dieron la vida. Y nosotros tenemos la enorme felicidad -y responsabilidad, claro- de hacerlo realidad. Es un proyecto político, estratégico que nace de la necesidad de dar voz a los latinoamericanos en medio de la ofensiva de pensamiento e imagen únicos, que es lo que transmiten los medios de comunicación comerciales, nacionales y trasnacionales. Eduardo Galeano decía que llevamos 513 años entrenados para vernos con ojos ajenos. Y es de la urgencia de vernos con nuestros propios ojos y dar soluciones propias a nuestros problemas, que nace el proyecto. Somos un mundo diverso y plural.Ellos nos ven en blanco y negro, pero nosotros existimos en tecnicolor. Debemos asumir que los medios de comunicación comerciales son el ariete de le globalización neoliberal: por allí, en el mismo envase nos dan información, publicidad y cultura de masas (entretenimiento) con el mismo mensaje simplista, reductivo, transculturalizador. Si no empezamos por ahí, por asumir nuestra realidad con nuestros propios ojos, el sueño de la integración latinoamericana no va a ser más que un saludo a la bandera. Basta ya de que europeos y gringos nos digan quiénes somos, cómo somos, qué hacemos y qué debemos hacer.

- ¿Cómo nació el proyecto?

- Te decía que es un viejo sueño, que fue tomando cuerpo después de un congreso de la Federación Latinoamericana de Periodistas, hace cuatro años. Parte de haber tomado conciencia de que durante las últimas décadas los que hacíamos periodismo alternativo estábamos perdiendo por goleada, atrincherados en pequeños nichos, encontrando pequeños financiamientos -de ONG europeas, norteamericanas- que les asegurara a los patrocinantes de que no saliéramos de esos nichos. Que no se nos ocurriera pensar o soñar en grande. Nos habían convencido que lo nuestro era lo alternativo, lo comunitario y que las grandes ligas -la comunicación masiva- era solo para los dueños del gran capital. Durante décadas pensamos como enanos. Hoy estamos creciendo, sin duda.

- ¿Qué beneficios traerá a la comunidad americana, en materia de calidad en sus contenidos?

-Primero, tener una información contextualizada, balanceada de lo que pasa en nuestros países. Segundo, rescatar nuestra propia memoria, nuestra propia historia, nuestras alegrías, nuestras frustraciones, pero, sobre todo, nuestras esperanzas. Cada vez aparecemos menos en los informativos trasnacionales: sabemos mucho de lo que pasa en Chechenia, pero demasiado poco sobre lo que pasa en la esquina de nuestra casa. Cuando hablamos de calidad, hablamos de competencia. TeleSur tendrá calidad broadcasting. Y cuando hablo de calidad hablo de calidad de contenido y de formas, tanto en lo informativo, como en los documentales, en lo periodístico, en el rescate de nuestra cinematografía, de nuestros pueblos, sus tradiciones, sus luchas, su vivencias. Los latinoamericanos tenemos la inteligencia, la experiencia, la calidad. ¿Qué esperamos, entonces?

- ¿Qué importancia tendrá la cadena, en América, en el mundo?

- No se trata de una cadena, no se trata de intercambios. Se trata de un canal americano -porque en él estarán los 45 millones de compatriotas latinoamericanos y caribeños que viven en Norteamérica-, hecho por profesionales, con una política editorial bien definida: apoyar la integración de nuestros pueblos, en la lucha contra el pensamiento único y la hegemonía. Un canal plural, que se enorgullece de la diversidad cultural y étnica de nuestros pueblos. Un canal que muestre nuestra realidades desde el punto de vista latinoamericano y caribeño para nuestros pueblos, pero también al resto del mundo.

- ¿Los principales competidores serán CNN y Univisión?

- TeleSur es un canal proactivo y no reactivo. Lo de la competencia se puede entender de diversas formas. Pero si vos querés seguir viéndote con ojos europeos o gringos, podés seguir viendo CNN, Univisión o la TV Española... Vos tenés el control...

- ¿Cómo ves el acople uruguayo a TeleSur? ¿Qué te parece pueda aportar Uruguay a TeleSur?

- ¿Sin alusiones personales? Uruguay, como cualquier otro país, tiene mucho que aportar: contenidos, programas, profesionales, películas, una cinemateca sin igual, docentes...

- ¿Salen al aire en mayo?

- Creemos que sí. Estamos en plena construcción: obras civiles, equipamiento tecnológico, salida satelital. Mientras, estamos trabajando en la parte de producción, programación, etc.

- ¿Qué tan grande te parece el desafío de hacer TeleSur?

- Más que enorme el desafío, es enorme la responsabilidad. Por eso confiamos en el equipo multinacional que estamos formando. Y hay que tener en cuenta que TeleSur se hace posible porque el pueblo de Venezuela recuperó su estatal petrolera y ahora los dineros que antes desaparecían en cuentas en el exterior, permean a los sectores de menores recursos. E incluso, un excedente ha servido para aportar el capital semilla de este proyecto de integración comunicacional.

Aharonian, es uruguayo, nacido en el Prado montevideano, exiliado político en la dictadura, peregrinó por diversos medios, casi todos clausurados durante "el pachecato", explicó. Escribió en Sur, el primer medio del Frente Amplio. En Buenos Aires trabajó como corresponsal del Corriere della Sera, IPS, Excelsior y Prensa Latina. En la capital argentina fue jefe del diario La Voz, que denunció las violaciones a los derechos humanos, en plena dictadura, cometidos en la Escuela de Mecánica de la Armada argentina, (Esma), recientemente reinaugurada como museo. En 1986 comenzó a trabajar como corresponsal en Caracas, la capital venezolana. Hasta 1992 fue el director del pool de agencias noticiosas latinoamericanas, Asin. En estos días, además de estar al frente de TeleSur, dirige el mensaurio Question para Argentina y Venezuela, el semanario Quantum, y la Agencia Latinoamericana de Información y Análisis Dos (Alia2).Sábado, 12 de Marzo de 2005 21:50 ;?> Hay 2 comentarios.

12/01/2005


LA TELEVISIÓN DEL SUR

Argenpress - 9/1/2005

Venezuela dio vida legal hoy al proyecto de Televisión del Sur (Telesur) que buscará difundir la realidad de los países de Latinoamérica y el Caribe.

El Jefe de Estado venezolano, Hugo Chávez, dio lectura, en su programa radiotelevisado 'Aló, Presidente', al decreto que firmó y pasa a la aprobación del Consejo de Ministros creando la empresa, la cual aspira a recibir el apoyo de otras naciones del Hemisferio.

Por el momento, esa empresa tendrá como único accionista al gobierno venezolano, pero las negociaciones ya emprendidas con otros países, permiten asegurar la pronta participación de sus Ejecutivos en el mencionado programa.

Las transmisiones de Telesur se iniciarán en la segunda quincena del mes de marzo, de acuerdo al anuncio hecho en 'Aló, Presidente' por el ministro de Comunicación e Información, Andrés Izarra.

Varios periodistas y especialistas de Colombia, Argentina, Uruguay y otros Estados, hablaron en el programa para destacar la importancia del nuevo medio de comunicación y señalar que cumple un anhelo de los pueblos sometidos tradicionalmente a la propaganda neoliberal.

En principio, se tiene previsto incluir como receptores de Telesur a las ciudades de Bogotá, Lima, Brasilia, México y Los Angeles, con transmisiones de 3 segmentos de 8 horas de duración cada uno.Miércoles, 12 de Enero de 2005 21:20 ;?> No hay comentarios. Comentar.