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2010 será un año difícil para Nicaragua
Austeridad y más austeridad, ésta será la consigna del gobierno para 2010, un año que se avizora potencialmente negativo en el ámbito económico, principalmente para el agro nicaragüense. La reforma tributaria y el presupuesto presentados ante la Primera Secretaría por parte del Ejecutivo son sólo un preámbulo de lo que se espera
Ary Pantoja |apantoja@elnuevodiario.com.ni

Wálmaro Gutiérrez, Presidente de la Comisión Económica de la Asamblea Nacional. ISIDRO HERNÁNDEZ / END
De momento no se prevén despidos masivos en el Estado, sin embargo el gobierno continúa haciendo números para enfrentar la crisis económica que se proyecta para 2010 y que, eventualmente, será más difícil que la de 2009.
El presidente de la Comisión de Producción, Economía y Presupuesto de la Asamblea Nacional, Wálmaro Gutiérrez Mercado, se muestra optimista en torno a las medidas adoptadas por el gobierno; señala que la política es garantizar el empleo, sobre todo en el sector público, pero hace énfasis en “más ahorro”, aunque no especifica de qué tipo, siendo que este año hasta se redujo la jornada laboral en las instituciones públicas.
La sequía de 2009 neutralizó al sector agropecuario, la crisis económica y financiera mundial incidió directa y negativamente sobre los productos de exportaciones haciendo que los precios internacionales cayeran drásticamente, todo ello en medio de fuertes reducciones presupuestarias en las instituciones del Estado que se supone deben atender al sector productivo.
Sin ánimos de señalar si las reformas presupuestarias fueron buenas o malas y tomando en cuenta 2009, ¿qué podemos esperar para 2010 en el sector agropecuario?
Desde el año 2007, cuando asumimos el gobierno, hemos enfrentado dos grandes fenómenos de carácter económico que han marcado la gestión del gobierno de reconciliación y unidad nacional. En 2007 enfrentamos un disparo meteórico de los derivados del petróleo, hablo de este primer fenómeno, porque uno de los elementos más importantes con los que se encontró el gobierno fue tener una matriz energética altamente dependiente de la generación eléctrica a través de la quema de hidrocarburos y, por otro lado, todo el sistema de generación a través de hidrocarburos altamente obsoleto.
Todo esto hacía a Nicaragua un país económicamente poco sostenible. Así que el primer reto del gobierno fue cambiar ese estado de cosas, al punto de reducir apagones de hasta 12 ó 14 horas diarias con las que heredamos el gobierno de Nicaragua.
El otro gran fenómeno que ha marcado, y que marca hasta la fecha, es la crisis económica internacional, y estamos hablando de un período relativamente corto, hablamos de 24 ó 28 meses de gobierno. Nos estamos moviendo en un contexto de crisis internacional producto de factores exógenos no por factores endógenos, y que han generado como consecuencia un retroceso en nuestro crecimiento económico y en nuestras expectativas de colocar productos en el mercado internacional por excelencia, que es el mercado norteamericano, y la necesidad de manera acelerada de buscar nuevos mercados para colocar nuestros productos, porque por desgracia una política ostracista y radicada en un solo mercado internacional, que es el norteamericano, generó como consecuencia que todos los huevos los pusiéramos en una misma canasta; entonces cuando viene ese fenómeno de la crisis internacional que golpea a la economía líder a nivel mundial y al mercado líder, que es el norteamericano, obviamente eso tiene como consecuencia un efecto dominó que nos impacta a nosotros.¿Qué ha impedido conseguir otros mercados?
Es que sí los hemos conseguido. La cosa es que la crisis es sistémica. Aquí no podemos perder de vista que la crisis internacional le corresponde a Norteamérica, y eso ha tenido ramificaciones en todo el planeta; obviamente se hace más fácil conseguir o abrir nuevos mercados si tuviésemos una situación económica mundial más estable.
Para el año que viene, se avizora un año económicamente muy difícil, bastante delicado, porque aunque algunas economías líderes han dado señales de recuperación, en el caso de que llegara a haber una franca recuperación de las economías en estos mercados para que esa situación tenga un efecto en estas economías emergentes, va a pasar algún tiempo.
Por lo tanto, nosotros tenemos varios retos de frente en materia económica. Primero garantizar que al menos el gasto general del Presupuesto de la República no sea menor --no estoy hablando de que sea mayor--, que no sea menor al presupuesto general de egresos con el que cerramos el año 2009. Si nosotros logramos eso, personalmente yo lo consideraría un triunfo, porque actualmente estamos enfrentados a una caída severa de recaudaciones de aproximadamente 5,500 millones de córdobas base anual, según las estimaciones de cierre de año; y por otro lado, cuando un mercado se deteriora, lo hace rápidamente, pero cuando se recupera, su recuperación es muy lenta.
Hablaba usted de períodos de recuperación, ¿cuánto nos puede llevar ese período?
Yo creo que todavía el año que viene, al menos durante el primer semestre vamos a sentir con mucha fuerza los efectos negativos de la crisis económica, sin embargo, desde mediados de este año hemos empujado un plan especial para la reactivación económica a través de la defensa de la inversión y del empleo, que son dos grandes factores que nosotros hemos estado interesados en salvaguardar.
Y es por eso que creemos que cualquier acción que se haga desde el Presupuesto General de la República, o desde las finanzas a través de la reforma tributaria, debe ir enfocada a la defensa de la producción y a la defensa del empleo; y no hablo de lo uno o lo otro, sino que tiene que ser un impulso de ambas.
Pero me parece un poco contradictorio lo de garantizar la inversión cuando vemos que en esta última reforma al presupuesto 2009 se le redujo más al Plan de Inversión Pública a través de los gastos de capital, y por otro lado se habla de que el gobierno podría echar a la calle a unos 8 mil empleados públicos.
Yo no tengo información de parte del gobierno central de que esté activando algún tipo de programa de despidos o redimensionamiento en el Estado desde el punto de vista del empleo. Hay redimensionamiento del Estado desde el punto de vista estructural, instituciones públicas más eficientes, más austeras, que gasten menos y que tengan mayor eficacia...¿Hablamos de compactación?
Existe, y eso es algo que desde la campaña electoral (2006) el presidente Ortega planteó de que desgraciadamente el Estado es como un enano cabezón y que debíamos redimensionar el Estado y tratar de hacer instituciones más ágiles, más eficientes, menos burocráticas y más dirigidas con vocación al servicio del público.
No hemos renunciado a eso, sin embargo, creo que en estos momentos de crisis económica hacer estos ajustes... tenemos que hacerlos con mucha delicadeza para evitar que estos ajustes pudieran, en un momento determinado, poner en riesgo el empleo, que eso hay que tener mucho cuidado y por eso es que lo hemos hecho de manera metódica, sistémica y de manera suave, gradual.
En cuanto a la inversión pública, no entramos en ninguna contradicción si nos atenemos específicamente a los números que tenemos en relación con la ejecución del gasto. El Plan de Inversiones Públicas del gobierno central depende, en cifras redondas, en un 80 por ciento de recursos provenientes de la cooperación internacional, o sea, es un presupuesto altamente dependiente en lo que se refiere a los gastos del PIP de los recursos que fluyen de la cooperación internacional.
Es innegable que ha habido factores económicos y políticos que han venido desacelerando el flujo de recursos de la cooperación internacional, y es donde se ve que en la aprobación del presupuesto 2009, desde el dictamen, redujimos en aproximadamente 90 millones de dólares la cooperación líquida de apoyo presupuestario.
La cooperación ha empezado a desembolsar recursos hasta con posterioridad al mes de abril. Tenemos siete u ocho meses de ejecución de recursos externos, y por qué, porque hasta en abril de este año la Asamblea Nacional aprobó el presupuesto 2009. Muchos diputados dicen que desde el primero de enero es ley de la República, pero a esos honorables colegas se les olvida que el presupuesto se nutre de recursos internos y externos, y en el caso de los recursos externos, la mayoría, si no todos, te los ponen bajo una condición sine qua non, y es que sea presentado por el Presidente de la República y aprobado por la Asamblea Nacional.
Inversión pública versus gasto burocráticos
Para el diputado Wálmaro Gutiérrez es una falacia de la oposición señalar que el gobierno esté sacrificando el Plan de Inversión Pública, PIP, en beneficio de los gastos burocráticos en el Presupuesto.
“Desde que se aprobó el presupuesto 2009, hasta las dos reformas –-porque han sido dos, no tres--, hemos reducido en el presupuesto general de gastos 2 mil 741 millones de córdobas. La reducción en gastos corrientes ha sido de un mil 39 millones 335 córdobas y, en el gasto de capital ha habido reducción”, expresó Gutiérrez.
¿Pero sigue siendo alta la reducción en el gasto de capital?
Sí, sigue siendo alta, y es de 1,702 millones, de suerte tal que hay una relación 40-60, donde un 40 por ciento se ha reducido en gastos corrientes y un 60 por ciento en gastos de capital.¿Por qué no se puede hacer al contrario?
Porque en el caso de los gastos de capital nosotros tenemos un efecto directo de la cooperación internacional, y su patrón de comportamiento ha sido de desaceleración en el desembolso de los recursos productos de fenómenos políticos y de fenómenos meramente económicos. Estamos frente a una cooperación internacional que de manera gradual ha venido reenfocando su atención hacia otras economías y hay donantes que se han retirado diciendo: “Ya hemos ayudado a Nicaragua lo suficiente, creemos que hay otros países que merecen nuestra atención en este momento, especialmente los países africanos”, y ése fue uno de los argumentos de la embajadora Eva Zetterberg.
Otro tema importante que tiene que ver con la cooperación internacional es la reforma tributaria, y la filosofía que mueve al gobierno a presentarla, es para empezar a revertir ese sesgo que por años ha tenido la estructura presupuestaria, en los cuales la altísima dependencia de recursos de la cooperación para financiar especialmente nuestros gastos de capital y nuestro Programa de Inversiones Públicas, no le da previsibilidad, no le da certeza a la ejecución de nuestros planes, porque como estamos esperando que nos caiga el maná del cielo, porque andamos estirando la mano y pasando el cepillo, eso ha generado falta de previsibilidad en el manejo de la inversión de capital.
Esta reforma tributaria sienta las bases materiales que van a permitir que los nicaragüenses empecemos a pagar por nuestro propio país y de manera suave... gradualmente ir dependiendo cada vez menos de la cooperación internacional y cada vez de nuestro sistema fiscal.
¿Cuáles van a ser los efectos directos de la reforma tributaria, considerando que como ya decía usted, viene un año más difícil que 2009?
Hemos venido valorando ese tema. Una reforma tributaria podría desincentivar el crecimiento del mercado y creo que es una posición contraria en una época de crisis económica, sin embargo, se observa que países de la región como Costa Rica, El Salvador, Guatemala y República Dominicana están activando sus mecanismos fiscales como una herramienta importante para hacerle frente al tema de la falta de recursos...
Pero esas economías son más estables que la nuestra.
A nivel proporcional, obviamente yo no voy a perseguir captar la cantidad de recursos que va a captar una reforma tributaria en República Dominicana o que capte una reforma tributaria en Colombia o en Costa Rica. Nosotros vamos a poner los pies sobre la tierra y hablar de realidades hasta donde podemos utilizar esta herramienta, sin poner en riesgo la estabilidad del mercado y el crecimiento de la economía.
Lo que no podemos permitir es perder de vista lo siguiente. Son diferentes mecanismos lo que permiten sostener el gasto y que nutren el ingreso. Había dicho que hay 2,741 millones de reducción en el gasto, pero tenemos 5,126 millones de reducción de ingreso, y eso obviamente me arroja un déficit; como en esta última reforma presupuestaria que había 1,219 millones córdobas de caída en las recaudaciones, pero solamente 613 millones de caída en el gasto, eso me genera un déficit y ese déficit lo tengo que llenar porque si no, tendría hacer la reducción del gasto igual a la reducción del ingreso, e inmediatamente impacto salud, educación y estructura productiva, y ahí sí que creo un problema sistémico en mi ejecución.
Pero ¿no provoca un problema a futuro endeudarnos más cuando se destinan 609 millones de córdobas en la última reforma presupuestaria para la emisión de bonos del Tesoro?
La Asamblea Nacional aprobó este año un nivel de endeudamiento de 160 millones de dólares, es decir que eso se podía endeudar el gobierno en 2009. El patrón de comportamiento de la deuda vamos a ver si el Presidente Ortega ha sido responsable o no; en el presupuesto aprobado, aprobamos el primer tramo de 60 millones de dólares; en la primera reforma presupuestaria, aprobamos el segundo tramo de 28 millones, y en la tercera reforma presupuestaria aprobamos el tercer tramo por 30 millones, eso nos da 118 millones de dólares de endeudamiento, contra 160 millones que es lo que la Asamblea Nacional le autorizó endeudarse al presidente Ortega, todavía estamos por 42 millones de dólares por debajo del techo de endeudamiento global aprobado y considerado sanamente pagable.